Hacia una buena convivencia: los conflictos en el aula

 Hola de nuevo a todos mis lectores, 

en esta ocasión vengo a hablar sobre los conflictos que se dan en el aula. Como es obvio, es imposible no enfrentar ningún conflicto dentro de la clase, pero nuestra función como docentes es lograr el mejor ambiente posible. Para poder lograrlo, debemos desarrollar una serie de técnicas y herramientas para solventar el problema antes de que llegue a mayores. 

Cuando hay un conflicto en clase, el profesor tiene tendencia a intervenir y castigar directamente a los alumnos implicados sin ahondar en la causa del problema y el sentimiento de los alumnos con el conflicto que acaba de tener lugar. Se tiende a culpabilizar a los alumnos rápidamente como método para solucionar de golpe el problema, sin embargo, el hecho de que algún alumno se vea envuelto en un conflicto podría ser alerta de problemas en el propio alumno que podrían ser tratados por medio del diálogo con el mismo. 

La mayoría de conflictos que tienen lugar dentro del aula vienen marcados por factores externos y podrían evitarse conociendo y tratando personalmente con cada alumno. El seguimiento personal de los alumnos es un punto esencial en la enseñanza, tanto para su aprendizaje como para su propio desarrollo y crecimiento personal. 

La mejor manera para poder ver esto es un ejemplo. Voy a poner un ejemplo práctico y personal que viví yo misma durante mi experiencia dando clases extraescolares. 

Dos de mis alumnos, se pelearon entre sí (llegando incluso a las manos) y yo como profesora tuve que mediar para solventar en conflicto. 

- En primer lugar, hablé por separado con cada uno de ellos para poder entender cuál había sido el motivo que les había llevado a pelearse. 

- Una vez sabiendo el punto de cada uno, me senté con ellos para dialogar y hacer entender a cada uno cómo se había sentido el otro. 

- Después de eso, les dejé 5 minutos a solas para que pudiesen hablar y solucionar el conflicto 

- Un rato después se pidieron perdón y todo quedó solucionado.

Además, aunque no llegaron a ser amigos, sorprendentemente llegaron a llevarse bien e incluso hacer alguna actividad juntos. 

Como conclusión, creo que el punto más importante en el proceso para solucionar un conflicto es conseguir que los alumnos entiendan cómo se sienten y se pongan a su vez en la piel de su compañero para saber que todos tenemos sentimientos y convivir en un buen ambiente favorece que esos sentimientos no sean dañados. 

¿Qué opináis vosotros? ¿Cómo solucionaríais un conflicto en vuestra aula? 


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